A los Parlamentos Nacionales
A los Gobiernos de los países de la Unión Europea
Al Parlamento Europeo
A la Comisión Europea
A la ONU-Mujeres, Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer
En estos tiempos sombríos de austeridad, denunciamos las “respuestas” neo-liberales que agravan la vulnerabilidad laboral y social de las mujeres. Estas medidas resultaran, para muchas personas, y en particular para las mujeres, en el aumento del desempleo y de su duración, de la precariedad laboral, de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, de la diferenciación de género en las jubilaciones y en otras pensiones. Ante esto, la dimensión y los impactos de la pobreza serán aún más avasalladores.
Protestamos contra los recortes en la inversión de dinero público, como, por ejemplo, los cortes presupuestarios en el área de la educación, de los servicios de salud sexual y reproductiva, el desmantelamiento de servicios y equipamientos de apoyo a menores y a personas de la tercera edad, la mercantilización del acceso a la vivienda, y los efectos que estas medidas tienen y tendrán en la vida de las mujeres.
Alertamos que las medidas de austeridad ponen en causa la autonomía económica de las mujeres y aumentan su vulnerabilidad ante la violencia de género.
Protestamos contra el agravamiento de la desigualdad y el ataque a los derechos laborales, así como a los derechos conquistados en la vivencia de la maternidad y la paternidad.
Denunciamos la secundarización, en varios casos el total silenciamiento, en tiempos de crisis, de los problemas inherentes a la singularidad de la situación de las mujeres a nivel laboral, familiar y social.
Alertamos del agravamiento de la desigualdad existente en los usos del tiempo de hombres y de mujeres en la familia, acentuando la identificación cultural de las mujeres con la esfera de la reproducción y desvinculando al hombre de la responsabilización material y afectiva en las cuestiones del cuidado de la casa, de los/as hijos/as, de las personas mayores, de la familia.
Denunciamos el pensamiento neo-conservador y de austeridad que pretende imponer valores basados en el “regreso de las mujeres al hogar”, en las políticas familiaristas y asistencialistas de sumisión de los derechos individuales a un modelo familiar único.
Protestamos contra el discurso dual sobre las mujeres: por un lado las mujeres como agentes decisivos en el ahorro familiar, por otro la exclusión de las mujeres de la discusión pública crítica sobre la crisis, particularmente al nivel de los medios de comunicación, y en la búsqueda de formas alternativas de encararla.
Alertamos para una dimensión olvidada de los efectos de la crisis a nivel de las subjetividades, generando sentimientos de inseguridad, miedo del futuro, depresión, aislamiento y quiebra de las sociabilidades.
Alertamos para el clima de miedo, de inseguridad y de desespero que impera y que en nada contribuye para salir de esta crisis.
Alertamos para los mitos y las narrativas hegemónicas, complacientes y derrotistas, que tratan los mercados financieros como instancias “neutras” e “inocentes” y tendientes a la legitimación de las actuales políticas de austeridad, basadas en una ideología de competencia, maximización y centralización del lucro, rechazando cualquier responsabilidad social.
Protestamos contra las conceptualizaciones dominantes sobre economía y trabajo que excluyen de la esfera de lo productivo el trabajo de las mujeres, no ejercido en los espacios “tradicionales” de trabajo, como la fábrica, la oficina, etc.
Denunciamos la doble, a veces triple discriminación de que son víctimas las mujeres transexuales, las mujeres inmigrantes, las mujeres lesbianas, las mujeres portadoras de discapacidad, mujeres a quien aún son negados derechos básicos de ciudadanía, directamente afectadas por estas políticas recesivas.
Protestamos contra la ausencia de control de millones de personas sobre sus propias condiciones de vida.
DEFENDEMOS
► La constitución de auditorías ciudadanas para las deudas públicas y los planes de austeridad, y que estas incluyan un análisis de sus reflejos sobre la vida de las mujeres.
► Políticas alternativas a la austeridad impuesta – políticas de justicia social, políticas de estímulo al empleo, políticas no discriminatorias, sino emancipadoras, que garanticen derechos sociales y laborales y caminos de desarrollo económico y social.
► Desarrollo, a nivel político y público, de una cultura de dignificación del trabajo con derechos en todas las esferas de la vida.
► Inclusión de la dimensión de la igualdad de género en todas las políticas públicas.
► Apoyo al desarrollo de alternativas económicas que ponen el desarrollo sostenible de la vida humana, el medio ambiente y el bienestar colectivo, en el centro de la organización económica y territorial.
NOS COMPROMETEMOS A
► Dar visibilidad y contribuir para la participación de las mujeres en los movimientos de protesta social frente a una política deshumana y deshumanizante.
► Contribuir para la creación de mecanismos representativos de movimientos de ciudadanos y de ciudadanas, sobre todo de mujeres, para el escrutinio crítico, moral e democrático de las opciones políticas y financieras, controlando nuestras vidas.
► Introducir perspectivas críticas que, contrariando las narrativas dominantes, establezcan una relación estrecha entre el funcionamiento de los mercados y la democracia.
► Dinamizar redes sociales, feministas y otras, en el proceso de divulgación, información y cooperación de la problemática y la lucha de las mujeres.
► Refuerzo de un feminismo de agencia como campo crítico y estratégico para el cambio, en conexión con otros movimientos sociales.
Protestamos contra los recortes en la inversión de dinero público, como, por ejemplo, los cortes presupuestarios en el área de la educación, de los servicios de salud sexual y reproductiva, el desmantelamiento de servicios y equipamientos de apoyo a menores y a personas de la tercera edad, la mercantilización del acceso a la vivienda, y los efectos que estas medidas tienen y tendrán en la vida de las mujeres.
Alertamos que las medidas de austeridad ponen en causa la autonomía económica de las mujeres y aumentan su vulnerabilidad ante la violencia de género.
Protestamos contra el agravamiento de la desigualdad y el ataque a los derechos laborales, así como a los derechos conquistados en la vivencia de la maternidad y la paternidad.
Denunciamos la secundarización, en varios casos el total silenciamiento, en tiempos de crisis, de los problemas inherentes a la singularidad de la situación de las mujeres a nivel laboral, familiar y social.
Alertamos del agravamiento de la desigualdad existente en los usos del tiempo de hombres y de mujeres en la familia, acentuando la identificación cultural de las mujeres con la esfera de la reproducción y desvinculando al hombre de la responsabilización material y afectiva en las cuestiones del cuidado de la casa, de los/as hijos/as, de las personas mayores, de la familia.
Denunciamos el pensamiento neo-conservador y de austeridad que pretende imponer valores basados en el “regreso de las mujeres al hogar”, en las políticas familiaristas y asistencialistas de sumisión de los derechos individuales a un modelo familiar único.
Protestamos contra el discurso dual sobre las mujeres: por un lado las mujeres como agentes decisivos en el ahorro familiar, por otro la exclusión de las mujeres de la discusión pública crítica sobre la crisis, particularmente al nivel de los medios de comunicación, y en la búsqueda de formas alternativas de encararla.
Alertamos para una dimensión olvidada de los efectos de la crisis a nivel de las subjetividades, generando sentimientos de inseguridad, miedo del futuro, depresión, aislamiento y quiebra de las sociabilidades.
Alertamos para el clima de miedo, de inseguridad y de desespero que impera y que en nada contribuye para salir de esta crisis.
Alertamos para los mitos y las narrativas hegemónicas, complacientes y derrotistas, que tratan los mercados financieros como instancias “neutras” e “inocentes” y tendientes a la legitimación de las actuales políticas de austeridad, basadas en una ideología de competencia, maximización y centralización del lucro, rechazando cualquier responsabilidad social.
Protestamos contra las conceptualizaciones dominantes sobre economía y trabajo que excluyen de la esfera de lo productivo el trabajo de las mujeres, no ejercido en los espacios “tradicionales” de trabajo, como la fábrica, la oficina, etc.
Denunciamos la doble, a veces triple discriminación de que son víctimas las mujeres transexuales, las mujeres inmigrantes, las mujeres lesbianas, las mujeres portadoras de discapacidad, mujeres a quien aún son negados derechos básicos de ciudadanía, directamente afectadas por estas políticas recesivas.
Protestamos contra la ausencia de control de millones de personas sobre sus propias condiciones de vida.
DEFENDEMOS
► La constitución de auditorías ciudadanas para las deudas públicas y los planes de austeridad, y que estas incluyan un análisis de sus reflejos sobre la vida de las mujeres.
► Políticas alternativas a la austeridad impuesta – políticas de justicia social, políticas de estímulo al empleo, políticas no discriminatorias, sino emancipadoras, que garanticen derechos sociales y laborales y caminos de desarrollo económico y social.
► Desarrollo, a nivel político y público, de una cultura de dignificación del trabajo con derechos en todas las esferas de la vida.
► Inclusión de la dimensión de la igualdad de género en todas las políticas públicas.
► Apoyo al desarrollo de alternativas económicas que ponen el desarrollo sostenible de la vida humana, el medio ambiente y el bienestar colectivo, en el centro de la organización económica y territorial.
NOS COMPROMETEMOS A
► Dar visibilidad y contribuir para la participación de las mujeres en los movimientos de protesta social frente a una política deshumana y deshumanizante.
► Contribuir para la creación de mecanismos representativos de movimientos de ciudadanos y de ciudadanas, sobre todo de mujeres, para el escrutinio crítico, moral e democrático de las opciones políticas y financieras, controlando nuestras vidas.
► Introducir perspectivas críticas que, contrariando las narrativas dominantes, establezcan una relación estrecha entre el funcionamiento de los mercados y la democracia.
► Dinamizar redes sociales, feministas y otras, en el proceso de divulgación, información y cooperación de la problemática y la lucha de las mujeres.
► Refuerzo de un feminismo de agencia como campo crítico y estratégico para el cambio, en conexión con otros movimientos sociales.
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